¿Pymes menos productivas? Esto dice un Estudio de Cepyme
En el segundo trimestre de 2024, la productividad de las pequeñas y medianas empresas (Pymes) en España ha sufrido una caída del 2,3% respecto al trimestre anterior, lo que refleja un retroceso preocupante en un sector crucial para la economía del país.
Este descenso, sumado a una productividad que se mantiene un 1,7% por debajo de los niveles prepandemia de 2019, pone de manifiesto las dificultades que enfrenta este segmento empresarial para recuperar su ritmo normal de operación.
Las Pymes constituyen más del 99% del tejido empresarial español, por lo que cualquier variación en su rendimiento tiene un impacto directo en el crecimiento económico, el empleo y la estabilidad social.
Análisis de la situación actual
El Estudio de Cepyme identifica varios factores que han contribuido a esta caída en la productividad. Uno de los principales desafíos es el aumento de los costos operativos, impulsado por la inflación, el encarecimiento de las materias primas y las crisis energéticas globales.
Estos factores han afectado especialmente a las Pymes, que cuentan con menos capacidad financiera para hacer frente a aumentos de costos en comparación con las grandes empresas.
Además, la pandemia de COVID-19 dejó cicatrices profundas en el sector, tanto por la interrupción de las cadenas de suministro como por la reducción de la demanda.
Aunque en muchos casos las Pymes han logrado adaptarse mediante la digitalización y la diversificación de sus servicios, la recuperación ha sido más lenta de lo esperado.
A ello se suma la incertidumbre económica global, que ha frenado la inversión y dificultado la planificación a largo plazo de muchas empresas.
El marco legislativo: La Ley de Medidas Urgentes para el Impulso de la Productividad Empresarial
Para apoyar la recuperación y mejorar la competitividad de las Pymes, el gobierno español implementó en 2023 la Ley de Medidas Urgentes para el Impulso de la Productividad Empresarial.
Esta legislación tiene como objetivo principal fomentar la eficiencia y la productividad de las Pymes a través de diversas herramientas, como incentivos fiscales, programas de digitalización y subvenciones específicas para la innovación tecnológica y la sostenibilidad.
Entre los puntos clave de la ley se destacan:
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- Incentivos fiscales : Las Pymes pueden beneficiarse de deducciones fiscales por inversiones en tecnología y capacitación de personal, lo que busca reducir el impacto de los costos iniciales asociados con la modernización de procesos productivos.
- Fondos de digitalización : La ley establece líneas de financiación preferenciales para proyectos de digitalización, facilitando la adopción de soluciones tecnológicas que optimizan la productividad.
- Apoyo a la sostenibilidad : Se destinan ayudas a las Pymes que implementen prácticas sostenibles y que inviertan en energías renovables, reconociendo que la eficiencia energética puede ser una vía para reducir costos operativos en el largo plazo.
A pesar de la puesta en marcha de estas medidas, la ejecución y el acceso a estos recursos no han sido uniformes.
Muchas empresas, especialmente las más pequeñas, encuentran barreras para acceder a los programas por falta de información o capacidad para gestionar los trámites burocráticos.
Esto ha generado que los beneficios de la ley aún no se reflejan de manera plena en el aumento de la productividad.
Desafíos estructurales de las Pymes
Además de los problemas coyunturales, existen retos estructurales que afectan de forma crónica a las Pymes en España. Entre ellos, destaca el acceso limitado al crédito y la financiación, lo que dificulta la expansión de muchas empresas.
Las Pymes suelen tener dificultades para acceder a líneas de crédito en condiciones competitivas, lo que limita su capacidad para realizar las inversiones necesarias para mejorar su productividad.
Otro desafío importante es la falta de innovación. Aunque la ley promueve la digitalización, muchas Pymes carecen de la infraestructura o el personal calificado para adoptar tecnologías emergentes.
Este rezago tecnológico impacta directamente en su competitividad, especialmente en un mundo cada vez más globalizado.
Impacto en la economía y en el empleo
El descenso en la productividad no solo afecta la rentabilidad de las Pymes, sino que también tiene repercusiones en la economía en general.
Dado que este tipo de empresas genera aproximadamente el 66% del empleo en España, cualquier problema en su desempeño productivo puede traducirse en la pérdida de puestos de trabajo o en la creación de empleos de menor calidad.
Asimismo, la baja productividad impide que las Pymes aprovechen plenamente el crecimiento de la demanda interna e internacional, lo que limita su capacidad para expandirse hacia nuevos mercados.
Esto resulta especialmente preocupante en sectores como el industrial y el tecnológico, donde la competitividad global es intensa y las Pymes corren el riesgo de quedar rezagadas frente a sus competidores internacionales.
Es fundamental que tanto el gobierno como los actores del sector privado continúen trabajando en conjunto para abordar los retos estructurales que enfrentan las Pymes, garantizando que sigan siendo un motor clave para la economía española.
Solo con una estrategia integral, que combine inmediatas y reformas estructurales, será posible revertir la caída en la productividad y asegurar un futuro próspero para estas empresas.
SIMON GUZMAN
SOCIO
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